miércoles, 1 de noviembre de 2023

Una noche en Paracas...

 

Tan solo buscaba un sitio para pasar la noche, la jornada había incluido pedal a borde de costa desde Pisco hasta Paracas por la antigua vía Panamericana, el viento en contra y el sol ardiente habían sido los antagonistas del recorrido.

 


Al arribar a la ciudad objetivo me sorprendieron las imágenes y estatuas que homenajeaban la fauna local… Pelicanos, diversas gaviotas, pingüinos, leones marinos y demás, se erigían a lo largo de las alamedas atestadas de turistas.

 

Continua la búsqueda y me tropiezo con un lugar candidato a convertirse en campamento temporal, esta a pocos metros de la playa y limita con la Reserva Nacional de Flamencos, es mas que perfecto, hermoso.

 

La leña esta lista, la carpa armada, me siento hipnotizado por el relajante sonido producto del “Vaivén” de las olas; todo es mágico, de repente vuelvo a la realidad, algo no encaja… ¿Qué es ese ruido? Parece ser el lamento de un animal, bueno nunca había escuchado ese raro sonido, lo especial era que cada emisión tenia cierta variación, la curiosidad fue mas fuerte que la prudencia y apresuradamente me dirigí hacia el origen de aquel extraño ruido que hacia eco en mis oídos y ya retumbaba en mi cabeza.

 

¡Oh sorpresa! No era una foca, un pingüino enfermo o un monstruo marino encallado en la orilla del mar, tampoco una exótica especie raramente vista… era un viejo perro al parecer guardián de alguna de las casas playeras, lucia orgulloso su rostro con algunas cicatrices de valentía, mi presencia no fue motivo para que cesaran sus particulares ladridos.

 

¿Qué le sucede amigo perro? ¿Se encuentra bien? Le pregunte mientras incansablemente ladraba al mar, era evidente su esfuerzo, no solo por lograr un intenso ladrido sino también por hacerlo diferente al anterior. – Tengo mal de amores – el can me respondió y continuo – si tiempo usted tiene, mi historia le puedo narrar. Olvide mis pertenencias, tome asiento en un tronco descompuesto y  me dispuse a escuchar atento mientras compartimos un café.

 

                        Guardián siempre de mi hogar

                        esa noche no era la excepción

atento a cualquier intromisión

de aquellos que quieren hacer el mal.

 

De la playa vino un raro sonido

esto jamás lo había escuchado

es encantador, me siento deslumbrado

así como tú, me sentí muy atraído.

 

Nunca vi tanta belleza en la arena

imponente ella se contoneaba

mientras caminaba también aullaba

mi corazón palpita por esa morena.

 

Sí escucharla me cautivo,

verla un regalo divino fue

mis palabras se ahogan esta vez

solo puedo decir que me enamoro.

 

Invisible a sus ojos fui

mi presencia ella ignoro

en la oscuridad ella se perdió

fue la última vez que la vi.

 

En las noches grito, aúllo y canto

anhelo verla emerger entre las olas

recitare mi amor, regalare caracolas

sí me rechaza tampoco es para tanto.

 

Y esa es mi historia querido amigo

sigue tu viaje que yo sigo el mío

ve y descansa que el fuego se apaga

no tengas miedo que yo te cuido.

 

Dormí sin saber a que hora me acosté, desperté sin saber si fue fantasía o realidad, encontrar un perro poeta y enamorado, Dios bendiga el cicloturismo que bonita experiencia me has dado. 

 

 

 

 

lunes, 21 de agosto de 2023

Insomnio y evaluación

Insomnio y evaluación. 


Cae la noche, el cuerpo y la mente sienten ya el trajín del día, fueron miles pasos, pedalazos, ideas, unas cuantas charlas y con suerte una buena conversación…. Fue trabajar, estudiar, perfeccionar, pensar, soñar, la suma de todo exige solo una cosa: dormir. 


En lo personal normalmente no estoy en mí cama antes de las once de la noche, habitualmente mí día inicia sobre las siete u ocho de la mañana, pero aquí entre nos, debo admitir que en ocasiones estoy allí tirado en mí cuarto hasta el medio día o más.


Pereza, locha, flojera…. Imagino que fueron los adjetivos que llegaron a su mente estimado(a) lector(a) para describirme una vez termino el párrafo anterior. Pero en mí defensa, complemento que en esas ocasiones, simplemente durante la noche no pude dormir. Solo a veces sufro de insomnio, algo me mantiene despierto durante la noche, no es una idea específica, pues vagan en mí universo preguntas, respuestas, futuros posibles, recuerdos… últimamente se ha acentuado, y ha sido la nefasta oportunidad de evaluar un poco el sentido que aún no logro descubrir y que al final de la noche es decir al amanecer termina siendo más esquivo ya que mis análisis y conclusiones solo logran hacer mas difuso el camino. 


Ha de ser eso que llaman conciencia que castiga, o de repente mí juez interno es quien me llama a juicio en la intimidad que guardan las sábanas y que grito a grito hace que el cerebro se olvidé del cansancio y se acabe de agotar mientras busca pruebas en tu contra y argumentos para condenarte. 


Al fin de cuentas parece que soy yo mismo ese amigo que te traiciona, que te reprocha, te juzga y termina lastimandote… Al final de mí  vida pasada hice a un lado a muchas de las personas que por una u otra razón, a veces solo por cortesía, llame amigos. Antes de la catarsis, en tono burlesco mencionaba en charlas colectivas con estos personajes lo negativo que era elevar a un individuo a categoría de amigo, ya que este normalmente se tomaba la atribución de jugar bromas pesadas, ejercer el respectivo matoneo y el "derecho" de opinar acerca de tu pensar y proceder…. Mí frase de batalla para aquellas ocasiones era: "para eso tiene uno de amigos a estos hptas". Obvio pertenecía al círculo y también me tomaba esa atribución con ellos, digo, para favorecer la igualdad de condiciones. 


Lo que no tenía claro, es que quien mejor ejerce el papel abuson es uno mismo. No hay nadie que te vaya a lastimar más de lo que lo haces tu. El maltrato viene en diferentes formas, pero el momento en el que se da es lo que lo hace más fuerte…. Durante una noche de insomnio, en la quietud de la madrugada, donde por instantes el silencio es vencedor, junto a tu pareja, a quien no quieres joder con tus locuras, allí encogido y casi en posición fetal, en silencio, con los ojos fijos en el techo y en medio de una guerra interna, con el sol a solo minutos de inundar el cielo con sus primeros rayos… aquí estoy yo, desvelado describiendo mí estado actual, espero no seas un desvelado más, tomando el blog como zona de descanso, de ser así renuncia a la guerra y duerme, pero si el sueño no llega, ánimo, se fuerte, pelea y una vez ganes y termines de festejar tu victoria, ya sabes: duerme, olvídate de la evaluación y vive intensamente. 

martes, 15 de agosto de 2023

II. Y AQUI QUE HACEMOS?


No recuerdo bien la hora ni el sitio exacto, pero no sé borran de mi memoria las canecas y maletines reflectivos que indicaban el cierre de la carretera, junto a los elementos que impedían el paso se ubicaban unos militares, a la vista habían unos cinco apenas, quienes después de escuchar parte de nuestra naciente travesía y nuestro destino concluyeron que el cierre vial no sería obstáculo para nosotros y podríamos pasar sin dificultad. 

Así que animosamente nos despedimos de nuestros mimetizados guías y seguimos adelante con el pedaleo, íbamos por la vía que conecta la troncal amazónica con la capital ecuatoriana, debíamos cruzar la cordillera de los Andes para llegar a nuestro destino del día: Tumbaco, una creciente y prospera población cerca na a Quito, dónde esperábamos poder hospedarnos en una "casa de ciclistas"



Nos encaminamos imaginando que tan fuerte era la afectación como para cerrar por completo una vía principal durante meses, éramos los reyes del camino, por esta carretera no pasaban vehículos, ni motos, ni nadie!!!  y allí íbamos nosotros, avanzando sin afan, sintiendo el rigor de una pendiente constante que ganaba grados de inclinación repentinamente,  respondiendo los saludos de los campesinos que encontrábamos al paso, a veces levantando un brazo u otras con balbuceos que buscaban imitar la expresión local, empapados  por la lluvia interminable de la montaña. Pedaleamos hasta que los ánimos, el agua y la ausencia de luz provocaron una fugaz reunión, de la cual la conclusión fue abortar el destino inicial y refugiarnos inmediatamente en un coliseo que nos encontramos en una curva del Reventador. 


No paro de llover en toda la noche, recogimos carpa y preparamos un improvisado desayuno mientras aguardabamos que cesara la lluvia, compartimos un poco con el cuidador del coliseo quien nos ofreció una bebida caliente, según el era una mezcla de hierbas símbolo de los buenos deseos para los viajeros. Después de un rato, nos subimos a las bicicletas y tomamos rumbo al destino del día, ahora sí llegaremos a Tumbaco nos propusimos. 



Seguimos pedaleando, los paisajes eran hermosos y el silencio relajante. Las fotos no se hacían esperar, eran la excusa perfecta para tomar un respiro e hidratarnos. Cuesta arriba siguieron los pedalazos, de repente nos tuvimos que detener, quedamos atónitos ante el paisaje que teníamos enfrente, literalmente era el fin del camino, la carretera se había convertido en abismo y muy a lo lejos, al otro lado de la montaña, personas que se veían diminutas agitaban los brazos para hacerse visibles. "¿Y aquí que hacemos?" nos preguntamos casi en coro, en otro punto del horizonte observamos diminutos personajes que parecian dar indicaciones, allí los gritos eran inútiles y era necesario adivinar lo que un par de brazos agitándose aleatoriamente significaban.

Entendimos perfecta la indicación, así que nos devolvimos unos metros y tomamos una vía sin pavimentar que parecía nos iba a permitir avanzar. Minutos después nos encontramos con un hombre, acompañado de su hijo, quienes a cambio de unas monedas ayudaban a los transeúntes a superar las dificultades que ofrecía la alternativa al derrumbe. No llevaba dinero de más, así que rehúse la ayuda y seguí adelante junto con mi compañera. Insistentemente padre e hijo ofrecían sus servicios haciendo referencia en que las bicicletas eran muy pesadas y difícilmente llegaríamos al otro lado del derrumbe, me negué hasta que el camino obligó al niño a tomar la bici por atrás y empujar fuerte.

 Evito que me cayera en medio de un barrizal tremendo, así que aceptamos la ayuda, el chico me ayudaría a mi y el adulto a mi esposa. Cuesta arriba se puso peor, los pies se enterraban y las bicis se negaban a avanzar, lo peor es que la cima no se veía por ninguna parte y el lodo, las piedras y la tierra suelta hacían el paso casi imposible... Yo paso a paso pensaba: "¿y con que les voy a pagar?".

Miraba hacia atrás y la veía a ella, embarrada, agotada, ayudada por aquel desconocido que afortunadamente habíamos encontrado, seguro no lo hubiésemos logrado sin ayuda. Durante el camino, nos enteramos que la avalancha que destruyó la vía y todo a su paso, había ocurrido hace unos seis meses y que el río seguía llevándose parte del terreno casi que a diario, que habían nacido y desaparecido varias cascadas y que no había remedio para ello, solo evacuar las riveras del río. 


Después de la historia, mucho barro, unos cuantos madrazos y bastante sudor, llegamos al otro lado, llegamos a la carretera nuevamente... Estábamos muy cansados, sucios y con hambre. Tumbaco no contaría con nuestra presencia ese día, nuevamente cambiamos el destino y nos propusimos a buscar un buen sitio para descansar, de casualidad llegamos a una humilde casa rural, dónde después de no dar muchas explicaciones, vimos como las puertas se abrían y nos permitirían disfrutar de la hospitalidad que nos ofreció don Gerardo, quien entre atención y atención iba haciendo gala del arte que era autor y nos hacía olvidar un poco el mal rato que nos hizo pasar la conclusión de esos 5 que cuidaban maletines y canecas en el cierre de la vía. 


También nos pueden contactar vía WhatsApp al ±573244061107 dónde si no encuentran la información que requieren los podemos guiar en su recorrido. 


<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-4926159557198093"
     crossorigin="anonymous"></script>

lunes, 7 de agosto de 2023

IV. TODOS FUIMOS MONTIEL

Gonzalo Ariel  Montiel, el numero 4 albiceleste fija su mirada en el balón, inicia su carrera, estamos todos de pie en el restaurante, la ansiedad y los nervios son los protagonistas del menú; un silencio ensordecedor durante un instante se apodera del lugar seguido por gritos simultáneos que iniciaron con una voz: " GOOOOOOOL"   

 

"¡Somos Campeones, campeones del mundo!", "¡Sos grande Messi!", "¡Viva la Albiceleste!" …  gritaban miles de almas que se volcaban en cuestión de minutos a las calles de la Quiaca, un fronterizo municipio a norte argentino... Origen y final de la ruta nacional 40. Sin pensarlo mucho, nos sumergimos en ese rio humano que se dirigía desde todas las direcciones a la plaza de armas del pueblo. Al llegar a la céntrica ubicación, nos esperaba una gran caravana de vehículos encabezada por un camión que abordamos rápidamente junto a la turba invadidos de felicidad, orgullo ajeno y reconociéndolo ahora, admiración. El camión se echó a andar por cuanta calle encontró, pasó cerca de la frontera boliviana, mientras nosotros sobre el área de carga   saltábamos y balbuceábamos algunos canticos, abrazados como hermanos a seres desconocidos, a quienes no les importaba que fuésemos foráneos solo querían festejar, al igual que nosotros. 

 

Y si, estábamos allí viviendo una mega fiesta, un carnaval espontaneo, sonaba "la cumbia de los trapos", "Muchachos”, la música y las arengas eran entonadas por locales y extranjeros, una gran celebración en torno al futbol y al triunfo de estos gladiadores que ilusionaron a todo un país durante el torneo y al continente cuando América entera se sintió identificada con la selección liderada por Messi. 

 

Ríos de licor en las calles, redoblantes, bombos, platillos y uno que otro instrumento de viento se empezaron a escuchar a medida que se aglomeraban en improvisados anfiteatros, la multitud acompañaba con palmas y coros rasgados a la banda, parecían querer ser escuchados a miles de kilómetros, donde los jugadores vivían su propia fiesta y atizaban el furor de la multitud con cada declaración, entrevista o actualización en redes sociales y medios de comunicación. 

 

Fueron muchos los días de fiesta, en navidad y año nuevo hubo un motivo más para brindar en los hogares. Quedaron muchos recuerdos, fotos, grafitis, murales y tatuajes de aquel dieciocho de diciembre. Si, en la bitácora de nuestro viaje celebramos un mundial en el país campeón. Dios bendiga el Cicloturismo.     


lunes, 10 de abril de 2023

I. LA HUIDA



Despues de un par de meses de estar viendo blogs, videos y cuánto material se me pasara por delante; comparando marcas, empapandome en temas de impermeabilidad y otro montón de especificaciones técnicas de las cuales ignoraba su existencia e importancia. Después empezar a hacer presupuestos, consultar el bolsillo, bajar la expectativa y buscar el equivalente chino, subir la expectativa y buscar especificaciones más altas, visitar tiendas, consultar mercado libre, Aliexpress y quién sabe cuántas páginas de chucherías más; después de reunirse con la familia y dar explicaciones, acomodar excusas; después de perder el miedo, la vergüenza y cambiar los ahorros por dólares.... Después de todo, llegó el día cero. 

Era fin de julio, se acercaba la posesión presidencial y como novedad el candidato elegido no era de la línea de la clase dominante del país. En redes sociales se dispersaba el rumor de un posible golpe de estado. Manifesté mi preocupación a ella, mi compañera de viaje, ante un posible cierre fronterizo y estallido social del cuál Colombia entera había salido hace pocos meses. Así que entre los dos acordamos acelerar la partida y aproximarnos estrechamente a la frontera sur del pais por medio de los buses que cubren la ruta entre Bogotá y las fronteras con el vecino sureño, Ecuador. 

Así que tomamos nuestro equipo en unas cajas viejas y rotas, una noche antes habiamos alquilado una habitación en un hotel cercano al terminal de transporte, y dejamos todo allí, era nuestra guarida, nuestro punto de encuentro, el génesis de nuestro sueño. Después partimos sin dejar nada listo y quedamos de vernos en ese punto al otro día en horas de la tarde. 

Nos levantamos temprano, el adiós aparte de sorpresivo para la familia, fue escenario de lágrimas, buenos deseos y un apurado desayuno que no les dió tiempo de reaccionar, se mostraban desconcertados, pues la información que tenían era limitada, sabían que mi mujer y yo partimos de Colombia a Argentina, pero no teníamos maletas, salimos de casa con lo puesto, hasta ahí casi nadie sabía que la travesía se iba a hacer en bicicleta... Menti a algunas preguntas que atinaron a hacer durante la repentina despedida, obviamente tampoco sabían de la guarida, me cambié de calzado, opte por mis zapatillas más comodas y me fui sin mirar atrás. 

Recuerdo que camine varios kilómetros, atendí un par de temas logísticos y tome transporte hacia nuestro escondite, era medio día y debía agilizar el empaque de nuestras bicis, llegué al escondite secreto armado de cinta, bolsas negras, papel de embalaje y un manojo de nervios del cuál no me podía deshacer. La adrenalina estaba al maximo, literalmente sentía miedo, me temblaban las piernas, mis movimientos eran torpes y los pensamientos se me fugaban... Las horas pasaban y ella no llegaba ni contestaba su teléfono, aclaro que ella la tenía más difícil, pues debía delegar una gran responsabilidad sin que los elegidos tuviesen idea del premio del cuál se habían hecho acreedores. 


Creo que por cada caja sellada hice un par de llamadas, estaba desesperado y ella no daba muestras de su existencia, me pregunte muchas veces si se habia arrepentido, y en un par de ocasiones llegué a creerlo, yo estaba ansioso, pues tenía información que el último bus de Bogotá a Ipiales saldría a eso de las 5 pm.... Hora en la que aproximadamente ella arrivo al hotel. 

Nos vimos, no hubo tiempo de saludarnos, un abrazo y un beso permutaron las palabras que parecian necesarias, la tome de la mano, la lleve rápidamente a la habitación y le enseñe mi avance. Mientras ella terminaba yo corrí a buscar un vehículo que me aproximara al punto de partida del bus... Tarea en la que fracase, pues nadie me quiso prestar el servicio. Intenté una y otra vez solicitando el servicio a través del ramillete de apps de transporte que están habilitadas en Bogotá, pero la nota "dos bicicletas y unas maletas" parecian opacar la oferta económica nada despreciable que ofrecimos e incrementamos durante múltiples ocasiones.

De repente hubo una luz de esperanza, un conductor acepto nuestra oferta, la emoción obtuvo picos tan altos como los que esperábamos escalar durante nuestro camino... Pero este repentino sentimiento se desplomó cuando frente al hotel se estacionó un pequeño y desajustado taxi, espíe el número de matrícula y coincidió con el que mostraba mi teléfono, era el. "¿Y como carajos vamos a meter todo esto en ese tiesto?", exclamé yo.  Animado se bajó el conductor, se tomó la cabeza entre manos al ver la carga, pero decidido después de saludar se dispuso a abrir puertas y baúl asegurando que todo cabía, no pensaba más que en los $20.000 pesos que le íbamos a pagar por llevarnos apenas unas pocas cuadras. 

No sé cómo hicimos, pero el equipaje del cuál miles kilómetros adelante los ayudantes de buses con enormes bodegas renegaban, entre este hombre de aspecto curioso y nosotros acomodamos todo al mejor estilo de un "tetris". Con ella sobre mis piernas y un evidente exceso de carga, evadimos un control policial y llegamos a la terminal, eran las 6:30 pm, el último bus a Ipiales ya había partido. 

Busque alternativas y al preguntar en varias ventanillas, algun funcionario me indico que era posible llegar al Ecuador por el Putumayo, zona que por muchos años presento problemas de orden público y del cuál tenía referencias de alta inseguridad por la presencia de grupos armados al margen de la ley, en contrapeso también sabía que después de los tratados de paz dados en la administración anterior la situación había mejorado progresivamente; El próximo bus salía además el valor del tiquete era apenas  una fracción de lo que teníamos pensado gastar, así que sin analizar mucho las cosas compramos los dos pasajes y unos minutos más tarde estaríamos a bordo del bus, sentados cómodamente sobre la bodega que guardaba lo que serían nuestras únicas pertenencias en adelante, dispuestos a descubrir y explorar lejanas tierras un pedalazo a la vez.



También nos pueden contactar vía WhatsApp al ±573244061107 dónde si no encuentran la información que requieren los podemos guiar en su recorrido. 


<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-4926159557198093"

domingo, 9 de abril de 2023

III. LA DORMIDA: UNA AVENTURA QUE AVECES NO DEJA CONCILIAR EL SUEÑO.



Una de las mejores experiencias es olvidarse de la cama, de la comodidad y la monotonía de descansar todos los días de la misma manera. Si usted es de aquellas personas que siente cierta emoción al remover toda su alcoba y dormir esa primera noche en su nueva habitación, pues le va a encantar la "incertidumbre" que predomina en casi todos los aspectos del #cicloturismo y que líneas abajo expondré en lo que se refiere al descanso durante la ruta. Labor diaria que con el paso de los días por lo menos en nuestro caso se ha simplificado. 

Esto depende mucho del tipo de viaje que usted desee emprender u este realizando, pues si cuenta con los recursos suficientes para ir entre hoteles, hostales, posadas y similares basta con ayudarse con Google Maps u otra app disponible en el Play Store las cuales le indicaran en cuestión de segundos las diferentes opciones disponibles e incluso le indicaran la ruta para llegar al sitio seleccionado. 

Si por el contrario, su viaje es de naturaleza #autosuficiente o simplemente desea una alternativa para ahorrar algo de dinero, se abren una baraja de oportunidades que serán la fuente de experiencias y anécdotas que por supuesto enriquecerán la experiencia del cicloturismo. Por nuestra parte preferimos solicitar apoyo de las personas que encontramos en el camino, quienes de manera amable en múltiples ocasiones nos abrieron las puertas de sus casas sin mostrar interés alguno, ofreciendo alimentación e incluso lugares para descansar bajo techo que han ido desde el tapete de la sala, hasta casas de huéspedes dotadas con todo lo necesario para recargar baterías, incluso alimentación. En otras ocasiones una esquina en el jardín, un andén, el parqueadero, el cuarto de las cosas viejas o cualquier superficie donde se pueda tender la carpa. 


También hay que mencionarlo, en muchas partes no nos fue posible obtener el apoyo de algún lugareño, así que en este caso nos apoyamos principalmente con la app Ioverlander, la cual muestra sitios de interés para la comunidad viajera, entre ellos sitios para pasar la noche. En resumidas cuentas es posible encuentres información de alguien que recibe viajeros frecuentemente (con cargo o libre de costo), o algún buen spot donde puedas pasar la noche seguro en tu carpa o bolsa de dormir. Al hacer uso de Ioverlander encontrarás la ubicación del spot, tarifa (opcional), comodidades y experiencias de quienes hayan hecho uso del sitio, la mayoría de estos comentarios están en inglés, por lo cual se requiere un nivel básico del idioma, aunque si no tienes ni idea de inglés la app cuenta con una interfaz muy intuitiva. Un dato muy relevante es que #Ioverlander es gratuita y corre bien sin datos, aunque si tienes conectividad corre aún mejor y es más confiable. 



Si no tienes suerte, te aconsejamos buscar apoyo en las estaciones de servicio, esto si estás en medio de la ruta o en un pueblo pequeño, por seguridad y tranquilidad desistimos de pernoctar en gasolinerías citadinas. Las estaciones de servicio suelen ser seguras, además son muchas las que cuentan con baños, duchas y pueden ser un buen espacio para iniciar un "aventon" si lo consideras necesario u oportuno, o ejercer la actividad económica con la que solventas tu viaje. 


Las estaciones de servicio en conclusión son siempre un gran aliado, el as bajo la manga, los consideramos amigos en el camino por su solidaridad y amabilidad, así que no dudes en acercarte a solicitar autorización para descansar, eso sí, levantate temprano y deja todo en perfecto orden, recuerda que te viene sigueondo la creciente comunidad viajera en busca de un espacio para tirar la carpa. 

Una opción no tan común, pero si muy agradable es acudir a las "casas de ciclistas". Estos espacios reciben exclusivamente a viajeros en bicicleta, normalmente libre de costo, con diferentes amenidades y ofreciendo el ambiente propicio para que compartas con otros cicloviajeros tus experiencias, escuches las vivencias ajenas, descubras rutas, destinos y añadas valo4r a tu viaje. Solo es cuestión que desde el principio tengas claras las reglas, verifiques si el anfitrion esperan algún trabajo o colaboración en la casa a cambio de tu estadía y creo el item más importante de estas recomendaciones: tiempo máximo de estadía. Menciono que estos espacios no son los más comunes porque no entodas las ciudades existen, sin embargo, al final del presente, relacionaremos un listado de las casas de ciclistas que seguro te va servir para planear una que otra pausa en el camino. En nuestro caso al día de hoy hemos estado en la casa de ciclistas de Tumbaco -Ecuador en dos ocasiones, en Arequipa - Perú y en Santa Rosa - Argentina.




En países como Ecuador, Argentina y Uruguay se encuentran disponibles los camping, espacios dónde puedes tender la carpa por un costo bajo que incluye en casi todas partes baño, ducha, espacio para preparar alimentos (casi siempre con leña), wifi, lavadero de ropas e incluso en algunos casos uso de piscina. En Argentina es común que los pueblos medianos y pequeños cuentan con camping municipal, que es posible ubicar en Google Maps y de los cuales la tarifa es muy, muy baja, incluso en pueblos de la mítica ruta 40 como Belén y Londres el camping es gratuito. 

En repetidas ocasiones solicitamos apoyo en las estaciones de bomberos, pero los funcionarios en su mayoría dieron respuesta negativa argumentando comportamientos inadecuados por parte de algunos viajeros en el pasado, de aquí la importancia de comportarnos como ciudadanos del mundo y mostrar nuestra cultura en todo lugar donde seamos representantes de la comunidad viajera. Pide el apoyo si lo requieres, esperamos tengas mejor suerte que nosotros, aunque es de mencionar que el cuerpo de bomberos de Diego Almagro en Chile, nos recibió haciendo gala en todo momento de su hospitalidad, gracias.

Bueno, y en caso de no saber que hacer, no tener señal, no recibir el apoyo de nadie... El mundo esta abierto y la carpa atada a nuestras bicis, así que evalúa las condiciones de seguridad, evita cruzar cercas y muros sin autorización o colonizar predios aparentemente abandonados, la oscuridad y/o lo inospito de un spot son tus aliados, al principio es complicado y hay muchos prejuicios en mente... Pero como lo dije al principio: "...con el paso de los días por lo menos en nuestro caso se ha simplificado."




Además hemos dormido sobre camiones, bajo camiones, en canchas de fútbol, galleras, playas, ríos, estaciones de policía, puestos de salud, templos religiosos, coliseos deportivos, al borde de la carretera, tras una duna, bajo una piedra protagonista de una avalancha y aún más.... La dormida: una aventura que a veces no deja dormir. 







sábado, 8 de abril de 2023

BIENVENIDOS, DEMOS EL PRIMER PEDALAZO JUNTOS

Bienvenidos a este blog, dónde promovemos el cicloturismo en diferentes modalidades, en especial el autosuficiente. Este consiste en hacer del viaje una experiencia única donde se minimiza la compra de productos y servicios en ruta, además requiere del establecimiento de una o varias actividades que garanticen un ingreso económico suficiente para atender las necesidades básicas rutinarias tales como alimentación, reparaciones mecánicas e imprevistos que seguramente se presentarán en el camino. 



El cicloturismo autosuficiente permite abrir la perspectiva del viaje y la prolongación indefinida del recorrido, pues los recursos y ahorros ya dejan de ser un limitante. Por el contrario, la escases de recursos económicos permite estrechar el acercamiento entre viajeros y lugareños, lo cual es una herramienta eficaz para hacerse participe de prácticas culturales propias de cada territorio y obtener como ganancia y activo sobresaliente el enriquecimiento multicultural propio de esta experiencia.


En este espacio contaremos parte de nuestra experiencia e historia, daremos algunas recomendaciones y cargaremos todo tipo de contenido que esperamos sea útil para ustedes  nuestros lectores y futuros cicloviajeros.

También nos pueden contactar vía WhatsApp al ±573244061107 dónde si no encuentran la información que requieren los podemos guiar en su recorrido. 

<script async src="https://pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js?client=ca-pub-4926159557198093"
     crossorigin="anonymous"></script>